Colonoscopia para un diagnóstico tardío
Colonoscopia de prevención
Paciente femenina de 66 años presentaba un ligero sangrado en las heces de manera ocasional, situación que ignoró durante un largo tiempo, lo cual retrasó el diagnóstico adecuado. Cuando finalmente acudió a consulta, nos encontramos con una enfermedad en estado avanzado, lo que complicó el tratamiento y redujo las opciones para una intervención temprana.
La colonoscopia es una herramienta fundamental para diagnosticar una variedad de enfermedades, como pólipos, que pueden ser precursores del cáncer; cáncer colorrectal en fases tempranas o avanzadas; colitis ulcerosa, que causa inflamación y úlceras en el colon; enfermedad de Crohn, que puede afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal; diverticulosis, que consiste en pequeñas bolsas en el colon; e incluso infecciones o lesiones en la mucosa del colon. Si estas afecciones se detectan en sus primeras etapas, las posibilidades de un tratamiento exitoso aumentan significativamente, permitiendo intervenciones menos invasivas y mejores resultados a largo plazo.
Este caso subraya la importancia de no ignorar ningún signo inusual que presente nuestro cuerpo, por pequeño que parezca. Síntomas como el sangrado rectal, cambios en los hábitos intestinales o dolor abdominal crónico pueden ser indicativos de afecciones serias, como pólipos o incluso cáncer colorrectal. Si se detectan en fases tempranas, estas condiciones tienen un pronóstico mucho más favorable, permitiendo un tratamiento menos invasivo y aumentando significativamente las probabilidades de éxito.